miércoles, agosto 05, 2015

LA OPINION DE UNA PERSONA DURANTE SUS VIAJES A CUBA



Yo estuve en Cuba en 1999 por primera vez en mi vida. Siempre admiré a Fidel Castro y al Ché Guevara. 
Estuve viviendo en Europa donde mucha gente los admira porque allá hay países donde tienen gobiernos socialistas y todo el mundo vive bien y están contentos. 
En el avión que me llevaba a pasar 3 semanas en un intercambio cultural no parábamos de hablar mis compañeros de viaje y yo de esa emoción que íbamos a sentir al ver en el propio país el resultado de esos cambios que Fidel hizo para su pueblo ¡Todos tienen derecho a la educación, todos tienen derecho a la salud, todos tienen derecho a una vivienda, todos tienen derecho a alimentarse bien!! Luego de tres semanas y dos viajes sub-sequentes para los mismos lugares juré no volver más ante el acoso que todos los comunistas que nos habían recibido en el primer viaje nos ofrecieron. Que me divorciara para casarme con uno de ellos para al menos sacar a uno de Cuba. A las mujeres nos cortejaban con papelitos como antaño, porque no tenían computadoras. Luego de esos tres viajes a los que admiraba comencé a aborrecer al paía. 
Los jóvenes de Cuba es verdad que estudian pero...salen con el título bajo el brazo para trabajar como vigilantes de playa, como choferes de taxi o prostituirse. porque no hay forma de practicar lo que estudiaste, no hay trabajo. 
Todos tienen derecho a la salud pero el joven que nos "cuidaba" en las cabañas donde nos encontrábamos, se tuvo que sacar una muela sin anestesia porque ya no podía más con el dolor y la inflamación, luego de 15 días de intenso dolor no le quedó otro camino pues cada vez que iba al Dispensario era lo mismo...."no hay anestesia" 
Todos tienen derecho a una vivienda pero jamás me imaginé que por La Lisa hubiesen ranchos con calles de tierra como en Venezuela. ¡Ranchos hechos con latas de manteca señores!!!! o con tablas y cuando los tifones llegan...ya ustedes saben lo que pasa. 
Una Licenciada en educación que nos servía de guía me invitó a su casita...te parabas en el medio de su casa con los brazos abiertos y tocabas las paredes de su vecino. Ella vivía en un pasillo con un patio exiguo para bañarse y tener el WC. Como no tenía cocina se las arreglaba con un mechero artesanal que lamentablemente, al año siguiente, le explotó encima y le quemó el pecho y el abdomen con quemaduras de 3er grado. 
Una señora me invitó a comer en su casa y lo que me ofreció era lo que ella llamaba su comida de lujo: frijoles negros con una especie de líquido hecho con harina de maíz amarillo y como refresco una limonada. El marrano que tenía lo estaba engordando para sacarle la manteca y la carne como para 15 días de comida. 
Uno de los guías, en uno de los viajes, me contó lo que sufría porque a su hijita no le gustaba el puerco para comer y ella tenía que comprarle carne en el mercado negro para que la niña no sufriera de desnutrición...Esa madre cada día se arriesgaba a pasar algunos años en prisión si el dirigente del CDR de la cuadra de su casa se enteraba. Yo fui a visitar a una señora que era "madrina" de una amiga mía y le llevé algo que esta amiga le había enviado. 
Los del CDR le hicieron una "visita'" luego que dejé su casa...le preguntaron que les dijera quién la había visitado. 
Luego de mi último viaje donde viví el ultraje constante que vivían los empleados de las instalaciones donde nos ubicaban, juré no volver más nunca a Cuba y así lo he cumplido. Cuba es y seguirá siendo un gran país por su gente simpática y buena, por su música encantadora, por sus paisajes de ensueño y sus playas excepcionales...es una lástima que el personaje que admiraba y por el cual acepté ese tipo de trabajo tan agotador, lo terminé detestando.
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LA CASA GRANDE por Leonardo Padrón

La casa grande


LEONARDO PADRÓN
26 DE JULIO 2015 -

Tiempo de tormenta. Turno de decisiones. Clima de borrasca y viento. Luz difícil.                    

Desde hace meses no dejo de recibir invitaciones a charlas, conversatorios y tertulias que gravitan alrededor del mismo tema: las razones para seguir apostando por el país, para quedarse y lidiar, para no irnos en desbandada. No es un tema fácil. Es complejo por inédito, por extraño a nuestro hábito, por subjetivo y personal. Es un tema espinoso por el espinoso país que hoy vivimos. Por el caos que nos rodea. Por la violencia de la marea que golpea nuestras certidumbres y ataduras.

Ahora bien, ocurre que habitualmente uno no anda explicando las razones que tiene para no irse de su casa. Uno, simplemente, está, permanece, hace hogar en ella. Construye familia. Teje su día a día. Come allí, duerme en ella, la pasea descalzo, se demora en sus ventanas, erige su biblioteca, pone su música, domestica su almohada, conoce sus ruidos y caprichos. Es el lugar donde pugnas con tus gripes, tus despechos o tus resacas. El espacio donde ocurren tus epifanías y descalabros. Donde más has celebrado la navidad, los pequeños triunfos y cada nuevo centímetro de altura de tus hijos.

Mi casa, si me pongo específico, limita al norte con la fiesta que es el Caribe, al sur con la selva fantástica de Brasil, al oeste con kilómetros de vallenato, cumbia y hermandad y al este con la vastedad del Atlántico y ese litigio histórico, otra vez de moda, que es Guyana. Mi casa tiene el techo azul casi todo el año. Mi casa es un clima de mangas cortas y risa fácil. Mi casa tiene un catálogo de playas irrepetibles. Y si la camino a fondo me topo con la belleza de sus abismos de agua, con la neblina a caballo de sus páramos, con sus árboles redondos, con su sol de tamarindo y papelón. Mi casa tiene 30 millones de habitantes. Tiene un océano de mujeres hermosas, nocturnas y sensuales. Mi casa es una geografía vehemente y delirante. La han llamado Tierra de Gracia, Pequeña Venecia, Norte del Sur, El Dorado, Crisol de Razas, Paraíso Perdido. En mi casa se baila en todas las esquinas, se toma cerveza sin piedad, se coleccionan abrazos, se hace el amor en cada vestíbulo, y se hace el humor hasta el amanecer.

En mi casa está mi infancia, mi ventana y mi lámpara, mi postre favorito, mi carro, mi lista de amigos, mi cine recurrente, mi ruta de librerías, mi estadio de béisbol, mi zona de costumbre y apegos. El sol nace y se pone en mi casa.

Resulta que mi razón de ser, lo que me explica y define,  limita por todas partes con mi casa. Este es el domicilio de mis entusiasmos y obsesiones.

Tengo una vida entera en ella. Y una vida entera es mucho tiempo. Es todo el tiempo. Una vida amueblada por mis años, mis logros y mis mejores fracasos. 

Y sucede que a pesar de todo eso, tengo que explicar por qué no me quiero ir de mi casa.

                                      ***

Generalmente, cuando no llega el agua a mi casa averiguo, pregunto, resuelvo, compro, instalo un tanque. Cuando aparecen filtraciones busco, llamo, persigo al plomero. Cuando la basura se acumula en el depósito reclamo, toco la puerta, hablo con la junta de condominio. Cuando se agrietan sus paredes, cuando se colma de insectos, cuando la cubre el polvo, cuando se trastornan sus aparatos, cuando la polilla ataca, en todos esos casos, no suelo irme, no desisto, no salto por la ventana. Sencillamente, me ocupo. La lleno de atenciones. Busco prodigios que la sanen.

Sí, en estos tiempos las goteras se han vuelto absurdas, el techo se ha corrompido, el agua sale negra, la luz es escasa, el tronar de las armas eclipsa el bullicio de las guacamayas, la nevera se ha llenado de vacío y nostalgia, a los insectos se le han sumado alimañas impensables. Mi casa es hoy un tesoro arruinado, malbaratado, saqueado. Pero es mi casa. Me cuesta no atenderla. No procurar remedios. No aportar la cal de mis opiniones, la despensa de mis esmeros, el martillo de mi insistencia y su tanto de ética, perspectiva y confianza.

Mi casa está rota. Y yo me sumo a la reparación. No al adiós. Irme es un verbo posible. Tengo derecho a hacerlo. A veces me intoxico de ganas. Pero entiendo que en cualquier otro confín seré un extranjero. Un emigrante. Un nómada accidental.

Es una opción válida, legítima. En ciertos casos, emocionante, y en otros, atemorizante. Es irresponsable juzgar a quien se va. Irse posee el calibre de las desgarraduras. El exilio es una palabra llena de piedras. Quien parte intenta llevarse el peso existencial de la casa. Busca sostenerla desde la distancia. Toda mudanza es incertidumbre y desvelo. Es una acrobacia espiritual.

Hay vecinos que se han ido, otros que están haciendo maletas, ensayando un nuevo idioma, aprendiendo a usar un GPS. Mis hijos se despiden de sus mejores amigos. Mi pareja se despide de sus mejores amigos. Mis mejores amigos se despiden de sus enemigos.

Le pregunto a mi hija de 13 años por qué no se iría del país. Me suelta una ráfaga de sustantivos: la gente, el clima, el idioma, la comida, el paisaje, los amigos. Y agrega algo inesperado: “Me gustaría estar cuando se arreglen las cosas y ver el cambio”.

                                       ***

Hace poco leí en el blog de alguien un concepto interesante. Decía Daniel Pratt: “migrar es aceptar que tu lugar y tú no pueden continuar juntos, rendirse, asumir que no hay manera de arreglarlo. Tienes que divorciarte, perder, naufragar (…)  Desde el momento que partes eres extranjero siempre, hasta en tu propio país”.

Y, vamos a estar claros, hay mil razones para irse, y quizás solo diez para quedarse. Pero esas diez razones pueden justificar tu vida.

En estos tiempos los venezolanos estamos viviendo una experiencia inédita. En esta época de ideologías y militancias extremas, el desencanto ha hecho que el país esté advirtiendo el mayor de los éxodos de su historia. Me he topado con la conmovedora circunstancia de ver a una madre hacer todo lo posible por separar a su hijo de ella. Apurándolo para que se vaya a estudiar a Calgary. Lejísimo. Para salvarlo. Para saberlo seguro.

Y, ciertamente, las migraciones son tan antiguas como la especie humana. No debería alarmarnos tanto. Cada ser humano está obligado a vivir sus propios renacimientos.

         Pero la casa no puede quedarse sola. Necesita la atención de sus propietarios. Este extrañamiento, este estupor colectivo, nos hace comprometernos aún más con el momento histórico que estamos viviendo. 

                                               ***  

¿Es este el fin del país? No. Los países no concluyen. Es este un episodio severo. Amargo. Ruinoso. Se habla de la inflación más alta del mundo. De la escasez más pavorosa que hemos vivido. Del corrimiento del sistema de valores. De una violencia sórdida y copiosa que ha convertido al mapa entero en sangre y luto. Así de grave está la casa, así de extrema la inundación. Sí, hacemos agua por todas partes. Los pronósticos del tiempo anuncian sólo noticias oscuras. Entonces, ¿desertamos?, ¿desmantelamos lo que queda? Es una opción, pero ¿realmente queremos renunciar a nuestra casa?

Si esta es la piedra fundacional de nuestros días, ¿qué estamos haciendo para detener su ruina? ¿Basta con el largo quejido que hoy somos? Si no nos involucramos, toca renunciar, incluso estando adentro.  Dejar que otros impongan la ruta de nuestros afanes. 

Es fácil ser ciudadano de un país cuando el viento es benigno, cuando el subsuelo es oro, cuando el peatón ejerce la alegría como contraseña, cuando la comida abunda, cuando el mar es amable y no hay marea alta en el horizonte.

Pero también hay que ser ciudadano cuando el país está enfermo, acosado por la indolencia, atascado en un pantano de errores, cuando es víctima de sus propias contradicciones. El país, nuestra casa mayor, nos necesita en su adversidad, en sus fiebres, en la penuria y la borrasca. Querer a alguien es también lidiar con su infortunio. Si tu pareja se enferma de cáncer, ¿la abandonas?, si tu mejor amigo cae preso, ¿renuncias a visitarlo?; si tu hijo sucumbe a las drogas, ¿le das la espalda?, si tu madre comienza a sufrir de Alzheimer, ¿le sueltas la mano y dejas que camine sola hacia la locura? Supongo que no. Pasa igual con el país. Si los que aquí insistimos no nos comprometemos en buscarle cura a sus desvaríos, en otorgarle coherencia y sensatez, entonces no vale la pena quedarnos.

Los optimistas (dicen que es una raza en extinción en el territorio nacional) saben que toda crisis genera una mina de posibilidades. Repito a  Francois Guizot en su afirmación de que los optimistas son quienes transforman al mundo. La lección ante nuestros errores acumulados ha sido amarga. Pero es hora de responder. De apostar duro. De vivir cada día como construcción. De devolverle a esta tierra de gracia todo lo que nos ha dado, empezando por el derecho a existir y crecer en su aire, en su luz, en su maravilla, maravilla que vamos a devolverle con nuestras ganas de seguir perteneciendo a un gentilicio, de seguir viviendo en la casa grande de nuestra existencia.                                  

LA GUYANA, VENEZUELA Y los Límites

Posted: 04 Aug 2015 04:23 PM PDT
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Desde el año 1995 reviso y analizo las controversias limítrofe de Venezuela, por sus cuatros puntos cardinales. Es con  Guyana donde se evidencia una clara contradicción, hipocresía y cinismo por parte de todos sus jefes de estado y sus altas autoridades, sin excepción.

Lo afirmado recientemente por el Pdte. (B/G) Granger ratifica la forma ventajosa, tendenciosa e hipócrita como han manejado desde 1966 el Acuerdo de Ginebra, firmado entre la Gran Bretaña, su colonia la Guayana Inglesa y Venezuela en la búsqueda de una solución práctica y amistosa, de la controversia por nuestro Territorio Esequibo.

Es público y notorio lo afirmado por todos los presidentes de Guyana, desde Burgham hasta el actual, en donde como cintillo de prensa repiten que: “los limites otorgados por el Laudo de Paris de 1899 son perfectos, exactos y definitivos…” ¿Entonces si lo creen así por que firmaron el Acuerdo de Ginebra de 1966 junto a su progenitora Gran Bretaña?

Usted, Pdte. Granger era un joven de 17 años cuando Venezuela, en la voz de su excelente Canciller Mario Falcón Briceño, solicito las  Reuniones Tripartitas entre Venezuela, Gran Bretaña y la Guayana Inglesa, auspiciadas por la O.N.U, en los años 1963-64-65 y aceptaron la contención venezolana de lo irrito y nulo del Laudo de Paris de 1899 y se comprometieron revisar los alegatos históricos y jurídicos existentes por ambas partes. ¡Lo que luego ustedes no cumplieron!

Por lo tanto, la firma del Acuerdo de Ginebra el 17 Febrero del 1966, a tres meses y nueve días antes de la independencia de Guyana, desvirtuó  la pulcritud del Tratado de Washington de 1897, la doncellez del Laudo de Paris de 1899 y la pérfida demarcación de 1903. Como usted ha dicho Pdte. Granger: “Guyana respeta los principios del Derecho Internacional”; nosotros también y damos por descontado que usted analizo, interpreto y admite (a pesar de su formación de militar profesional nacionalista)  la veracidad de lo antes expuesto.

Sin embargo no puede omitirse lo que ha sucedido desde hace más de una centuria, en esta situación difícil, injusta y sometida a diversos intereses foráneos políticos y económicos .Desde el inicio de la década de 1960 ya Venezuela protestaba las concesiones que Inglaterra otorgaba a empresas internacionales, para la exploración y explotación de hidrocarburos en el Esequibo; así como concesiones sin control de minería y recursos forestales; además los proyectos de comunicación terrestres y de represas hidroeléctricas, que han contaminado gravemente ríos y cursos de aguas en detrimento de la existencias de etnias ancestrales en su hábitat, violándose leyes internacionales ambientales; entonces Pdte. Granger ¿quién ha sido la víctima: Guyana o Venezuela?

A partir del año 1970, por efecto del principio de Bono Fine, Venezuela mantuvo 12 años (Protocolo de Puerto España) sin accionar su reclamo e incluso colaboro con Guyana en ayuda técnica, humanitaria y económica.  

Las Comisiones Mixtas ordenadas por la O.N.U según el Acuerdo de Ginebra de 1966 habían fracasado por la obstinación de Guyana de no querer entenderlo. Este lapso de congelamiento del reclamo de Venezuela permitió la intromisión de Cuba en Guyana, como usted bien lo sabe Pdte. Granger, convirtiendo a Guyana en plataforma para la aventura castrista en África. En este lapso se incrementaron las concesiones, exploraciones y explotaciones en la Guayana Esequiba.

Durante los años 2002 hasta el presente, como secuela de “proyectos de integración regional socio políticos e ideológicos” Guyana aprovechó la coyuntura y lasitud del gobierno venezolano del Pdte. Hugo Chávez, para hacer y deshacer lo que quiso en nuestro T. Esequibo, bajo los criterios expansionistas  de los presidentes Jadgheo y Ramotar.

Pdte. Granger, usted conoce las ilicitudes que sucedieron y hoy  suceden en nuestro  Esequibo y en las áreas marinas y submarinas que proyecta el mismo. Guyana no puede ocultar ni falsear las violaciones a las jurisprudencias internacionales de la Corte Internacional de Justicia de La Haya; de la Comisión de Limites de Plataforma Continental de la O.N.U; de la Comisión de Limites Marinos de la O.E.A y lo articulado en la Conferencia del Mar de 1982, con respecto a lo taxativo de no pretender atribuciones en áreas marinas y submarinas mientras esté pendiente una controversia territorial; así como violaciones y solapamientos en limites marinos del Tratado entre Venezuela, Trinidad y Tobago del año 1990.

Es un decir que: “La trampa siempre se descubre”, cuando Guyana y Surinam fueron a un Laudo para definir sus áreas marinas en el año 2007, ante la Corte Permanente de Arbitraje de la O.N.U, se ubicó un punto muy al oeste del delta del rio Esequibo, nombrado “Markeir B”, que permite una sentencia abusiva, excesiva e inaceptable que conforman el limite arbitrario entre esos dos países y en donde se ubica el llamado pozo “Liza 1”, tal vez pivote de la discordia actual.

Pdte. Granger, recientemente usted declaro que:” Guyana se enfrenta a un desafío a su sobrevivencia, por parte de un Estado más grande; que la controversia con Venezuela ha sido un obstáculo y los inversionistas han sido intimidados y es demasiado aguantar para un pobre país de menos de un millón de habitantes; que la controversia debe ir a la C.I.J de La Haya y de no resolverse  la situación de manera inmediata y definitiva, podría conducir al deterioro de la seguridad en el Caribe y al norte del continente suramericano” (AFP).
Considero que tal vez lo traiciono el subconsciente, lo antes mencionado por usted, mejor se aplica a nuestra Venezuela, esquilmada por la Gran Bretaña, 1era. Potencia Mundial para el siglo  XVII y XVIII. Venezuela posee un legítimo territorio nacional de 2,240.000 kms2, hoy presenta una extensión temporal de 918.400 kms2, sin incluir los 159.500 kms2 que Guyana hoy ocupa ilegalmente.

Pdte. Granger, Venezuela no ha sido una carga para ustedes ni menos “un mono en la espalda”, sino un país amigo y buen vecino que siempre ayudo a Guyana en todos los niveles de las relaciones de convivencia.  Venezuela posee un mar atlántico de 175.000 kms2 y Guyana alevosamente quiere cercar su legitima salida al Atlántico  por medio de “bloques” ilícitos de exploración petrolera, que no solo incluyen las aguas en litigio que proyecta el T. Esequibo, sino también  en aguas ancestrales del delta del rio Orinoco, frente al Estado Delta Amacuro,    jamás sometidas a discusión alguna y cuya violación es “Casus Belli” de acuerdo al Derecho Internacional.

Pdte. Granger, usted y yo tenemos la misma profesión castrense, sabemos lo peligroso de señalar o intimidar sin razón. ¡Los militares no amenazan…actúan!  Creo que “el mejor pleito es el que se evita” y la mejor fórmula es respetar el derecho soberano de los Estados y las jurisprudencias internacionales vigentes. Con la mayor  consideración, por la majestad del cargo Ud. que ocupa, le sugiero y recomiendo con afecto, revisar cuales  han sido las realidades del  antes y el después de  la creación de la Republica Cooperativa de Guyana; de la protección de sus etnias y el resguardo de su habitad; del cuidado del medio ambiente y los factores de la depredación y contaminación ambiental pero sobre todo lo que Venezuela les propuso antes del Acuerdo de Ginebra del  año 1966. Los venezolanos siempre tendemos la mano para ayudar y vivir en armonía con los buenos vecinos. Venezuela es nuestra y nunca permitiremos que se siga encogiendo como piel zapa. La Patria siempre será primero para nosotros e  igual para ustedes, Pdte. (B/G) Granger. Reciba mis cordiales saludos.
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Oswaldo Sujú Raffo es G/D del Ejército en condición de retiro. Es Presidente del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela






martes, agosto 04, 2015

LA HOJA DE SHIRLEY VARNAGY

LA HOJA DE LILIANA HERNANDEZ

LA HOJA DE ELI BRAVO

LOS CANDIDATOS DEL GOBIERNO




Amazonas: Miguel Leonardo Ruiz, Nicia Maldonado, Luis Vilchez y Maritza Gutiérrez

Anzoátegui: Earle Herrera, Angel Rodriguez, Gilberto Jiménez, Sandra Flores

Apure: Cristóbal Jiménez, Emma Díaz, Franklin González y David Flores.

Aragua: Ricardo Molina, Roque Valero, Didalco Bolívar y Egleé Sánchez.

Barinas: Asdrúbal Chávez, Nancy Pérez, Naibeth Berríos y Elena Linares.

Bolívar: Héctor Rodríguez, Rubén Limardo Gascón, Pamela Hernández y Raiza Lanz.

Carabobo: Saúl Ortega, Héctor Breña, Yonder Silva, Ivonne Tellez y Yelitza Queralez

Cojedes: Cilia Flores, Asdrúbal Salazar, María Matute y Juan Aponte.

Delta Amacuro: Pedro Carreño, Loa Tamaronis, Juan Arroyo y Mireya Marcano.

Distrito Capital: Tania Diaz, Ilenia Medina, Robexa Poleo y Fabiola González

Falcón: Víctor Clark, Sol Musset, Rubén Ávila y Sandra D´Amelio.

Guárico: Oscar Figuera, Carola Martínez, Adolfo Fajardo y Nina Loreto.

Lara: Carmen Meléndez y William Gil, Ana Salas y Elán Pacheco.

Mérida: Ramón Lobo, Mervin Maldonado, José Luna y Yanine Córdoba.

Miranda: Haiman El Troudi, Erika Ortega, Jaqueline López, Miguel Benavides, 
Ricardo Sánchez y Carlos Azpúrua.

Monagas: Diosdado Cabello, Euribes Guevara, Janoi Rosas y Virginia López.

Nueva Esparta: Dinora Villasmil, Dante Rivas, Febres Rodríguez y Manuel Niño.

Portuguesa: Rafael Calles, Carolina Vegas, Rubén Becerra y Sandra Castillo.

Sucre: Gilberto Pinto, Carlos Martínez, Carlos Padrón y Jesús Figueroa

Táchira: Karla Jiménez, Jonathan García, Juan Guevara y Daniel Vega.

Trujillo: Hugbel Roa, Gerardo Márquez, Caroluss Wimmer y Fernando Orozco.

Vargas: Darío Vivas, Oswaldo Vera y Turga Ochoa.

Yaracuy: Yul Jabour, Braulio Alvarez, Rafael Ugarte y Naudy López.

Zulia: Omar Prieto, Aloha Núñez, Marleni Núñez y Damelis Chávez.

lunes, agosto 03, 2015

LA VIDA INTELECTUAL Y POLITICA DE ARTURO USLAR PIETRI

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Arturo Uslar Pietri

Escritor, considerado renovador del cuento venezolano, intelectual y político. Nace el 16 de mayo de 1906. Hijo de Arturo Uslar Santamaría, descendiente de Johann von Uslar expedicionario de la Legión Británica que participa en la Guerra de Independencia y sobrino nieto del general Carlos Soublette, y de Helena Pietri Paúl, hija del doctor y general Juan Pietri Pietri, de destacada actuación política entre 1883 y 1911. Los diez primeros años de Uslar Pietri transcurren en Caracas donde cursa estudios en una escuela de primeras letras y luego en el colegio de los Padres Franceses. En agosto de 1916, la familia Uslar Pietri se instala en Cagua por pocos meses, su padre había sido nombrado jefe civil, y luego se traslada a Maracay, ciudad de residencia del general Juan Vicente Gómez desde 1913 lo cual la hacía centro del poder político-militar de entonces. En esa ciudad culmina sus estudios primarios en el colegio federal Felipe Guevara Rojas (1919) y cursa la mayor parte de la secundaria en el colegio federal de varones, salvo una interrupción en 1921 cuando es inscrito en el colegio de los salesianos en Valencia y en 1923 cuando cursa su último año de secundaria en el liceo San José de Los Teques. En 1920, publica sus primeros artículos en un diario de Maracay, probablemente El Comercio. Los años transcurridos en los valles de Aragua, forjan sus imágenes de una Venezuela rural que sirven de sustrato a su literatura, como la vivencia en Maracay forjan las del general Gómez, quien, muchos años más tarde, el novelista plasmará en Oficio de Difuntos (1976), en la cual recurre a Gómez para tratar la figura del dictador latinoamericano.
En junio de1923 publica su primer cuento, El silencio del desierto en la revista Billiken y en octubre retorna a Caracas a cursar Derecho, única alternativa para quienes tenían vocación humanística o literaria, en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Como otros jóvenes provenientes de la provincia, vive en pensiones durante los primeros años de estudios. En enero de 1924, la universidad expide su título de bachiller en Filosofía tras la presentación de la tesis titulada Todo es subjetividad. Sus años universitarios son de intensa actividad: forma parte del Centro de Estudiantes de Derecho y de la Federación de Estudiantes de Venezuela, para la cual trabaja como bibliotecario (1925), dicta su primera conferencia titulada Ideas sobre una morfología de la historia del Derecho (1925) y publica cuentos en la revista La Universidad (1927); conoce a algunos de los futuros participantes de los acontecimientos estudiantiles de 1928; trabaja como escribiente en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Distrito Federal (1926-1929) y desempeña el mismo oficio esporádicamente en el Congreso Nacional. Como muchos jóvenes de su generación, entra en contacto con nuevos autores, corrientes literarias y de pensamiento, a través de la Gaceta Literaria y la Revista de Occidente. Asiste a diversas peñas, medio por excelencia de circulación de ideas, de comunión de aspiraciones, de contacto entre nuevas y anteriores generaciones. Mientras que en la tipografía Vargas -editora de la prestigiosa revista Elite- se reúne con la nueva generación literaria, los vanguardistas. En 1928, se producen dos acontecimientos que marcan la historia literaria y política nacional. En el primero, Uslar Pietri juega un papel de primer orden: el 5 de enero de ese año, se publica el primer y único número de la revista válvula, en la cual si bien participan 29 colaboradores Uslar escribe cuatro de los textos incluidos entre los cuales se encuentran el editorialSomos y el artículo Forma y Vanguardia, considerados como las piezas programáticas del movimiento vanguardista; y en setiembre, publica su primer libro de cuentos, Barrabás y otros relatos. Los especialistas coinciden en afirmar que ambas publicaciones constituyen un punto clave en la literatura venezolana. El 29 de julio de 1929, recibe el título de Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Central, tras la presentar una tesis titulada El principio de la no Imposición de la Nacionalidad de Origen y el 6 de agosto el de Abogado, otorgado por la Corte Suprema del Distrito Federal.
A principios de septiembre de 1929, viaja a París con el cargo de Agregado Civil a la Legación de Venezuela, en esa ciudad permanece hasta febrero de 1934. Su estancia europea es rica en aprendizajes y definitoria como escritor. Su trabajo en la Legación le brinda la oportunidad de “conversar mucho” sobre la historia del país con los sucesivos ministros plenipotenciarios, César Zumeta y Laureano Vallenilla Lanz. Su asistencia, cada otoño entre 1930 y 1933, a la reunión de la Sociedad de las Naciones en Ginebra como secretario de los sucesivos delegados de Venezuela, y su asistencia como Delegado de Venezuela ante la XVI Conferencia Internacional de Trabajo (abril 1932), le proporciona un aprendizaje político, así como el diario acontecer y debate político de la Francia de la Tercera República. En la París que representaba “la encrucijada cultural” de entonces, el joven escritor amplía su universo de lectura; entra en contacto con un mundo artístico en efervescencia, encuentra escritores y artistas de diversas latitudes tanto en sus rondas por los cafés Le DômeLa Rotonde y La Coupole como en reuniones particulares; asiste regularmente a la tertulia de Ramón Gómez de la Serna en La Consigne. Sin embargo, París significa también un viaje hacia lo nacional y lo latinoamericano, algo que compartirá de forma muy cercana con Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier, amistades que se forman durante esa estadía y perduran en el tiempo. A ellos lee los capítulos de su primera novela Las Lanzas Coloradas, a medida que la escribe entre mayo y setiembre de 1930. En esa obra, publicada en Madrid en 1931 y en Francia en 1933, queda plasmada su visión sobre el nacimiento de la nación venezolana. Durante esos años realiza sus primeros viajes, afición que cultivará en adelante: en 1930, Megève, Ginebra y Venecia ; en 1931, Marruecos, Madrid, Toledo, Brujas, Roma, Londres; en enero de 1932, asiste junto a un numeroso grupo de periodistas, intelectuales y escritores al Décimo Congreso de Prensa Latina que se realiza en El Cairo, viaje que continúa a Alejandría, Luxor, Karnak, Jerusalem, Damasco y Beirut.
A su retorno a Venezuela en febrero de 1934, ejerce brevemente la presidencia de la Corte Suprema de Justicia del estado Aragua y 1935 lo inicia con un interés literario predominante: promueve, junto a Alfredo Boulton, Pedro Sotillo y Julián Padrón, la revista literaria de breve circulación El Ingenioso Hidalgoy publica su cuento La Lluvia, galardonado en el concurso literario de Elite; lo culmina con seis escritos enEl Universal (entre el 27 y 31 de diciembre) sobre el momento político y las perspectivas que le abrían al país la muerte de Juan Vicente Gómez. Esos escritos anuncian la intensa labor de opinión, a través de la prensa, que desarrolla en 1936 así como su aspiración y voluntad de tomar parte activa en el proceso que comienza. El número de artículos que publica ese año refleja la efervescencia del momento: sólo entre enero y julio publica, en el recién fundado diario Ahora, 88 artículos sobre el agitado acontecer político-social del momento a partir de una reflexión sobre la historia del país y la mentalidad del venezolano. De sus escritos en Ahora, el editorial Sembrar el petróleo (14 de julio, 1936) logra, con el tiempo, expresar la aspiración de los distintos actores de utilizar los ingresos fiscales petroleros como instrumento para la modernización del país. La diferencia fundamental entre la concepción uslariana sobre la siembra del petróleo y la de otros autores, radica en que la primera concibe el petróleo como capital cuyo imperativo es la inversión y no la redistribución inmediata. Entre marzo y julio de ese año, se vincula a la organización que aglutina el mayor número de intelectuales y de exiliados políticos, el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE). En julio el ministro Alberto Adriani, lo nombra Jefe de la Sección Economía y Finanzas del ministerio de Hacienda, cargo que ejerce hasta noviembre de 1937 y desde el cual participa en la elaboración de una nueva Ley de Aduanas y promueve, junto a otros intelectuales, la creación de laRevista de Hacienda (octubre 1936). Ese año publica Red, segundo libro de cuentos. En noviembre de 1937 es nombrado Director de Política Económica del Ministerio de Relaciones Exteriores. En ese cargo participa activamente en la creación de nuevos instrumentales para la reglamentación del comercio exterior, los tratados comerciales y el sistema de cuotas para la importación. Encabeza, junto a Ramón Eduardo Tello, la comisión negociadora del Tratado de Reciprocidad Comercial con Estados Unidos. Entre abril y julio de 1939, ejerce la dirección del Instituto Técnico de Inmigración y Colonización, desde donde promueve la inmigración de vascos republicanos. En octubre de 1939, se casa con Isabel Kerdel Braun, matrimonio del cual nacen Arturo (1940-1991) y Federico (1944-2007).
Al mismo tiempo que cumplía sus diversas funciones en la Administración Pública, dicta la cátedra de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Central (noviembre 1937-mayo 1941), para la cual redacta una serie de textos a fin de vincular la materia estudiada a la realidad económica y social venezolana. Esos textos son recogidos bajo el título de Sumario de Economía Venezolana (1945). En esa institución promueve, junto a otros docentes, la creación de la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales que dará origen a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales; y continúa publicando en la prensa. El 19 de julio de 1939 es nombrado ministro de Educación por el presidente Eleazar López Contreras. Si bien su nombramiento levanta oposición en los colegios católicos y por sectores del propio gobierno, unos por sus opiniones ante la oposición de la Iglesia a la Ley de Educación, otros por su edad y por vincularlo a tendencias izquierdistas, Uslar logra la aprobación de la Ley de Educación por el Congreso Nacional (julio 1940), luego de cuatro años de discusión en esa institución. Esa ley introdujo una reforma total de la educación primaria y secundaria, e importantes innovaciones a nivel universitario. En 1940, publica Imágenes del Occidente Venezolano su primer libro de crónicas de viaje.
En mayo de 1941, el general Isaías Medina Angarita es electo Presidente de la República por el Congreso Nacional y entre esa fecha y el 18 de octubre de 1945, Uslar Pietri juega un papel político de primer orden. De los altos cargos que ocupa, entre ellos, Secretario de la Presidencia de la República (5/5/1941-5/5/1943; 18/11/1943-14/7/1945), Ministro de Hacienda (5/5/1943-18/11/1943) y Ministro del Interior (14/7/1945-18/10/1945), es el primero el que le brinda mayores posibilidades de incidir sobre las políticas del gobierno y el que levanta mayor oposición y crítica. Con su escogencia, Medina rompe con la tradición de los generales-presidentes andinos de nombrar como su más próximo colaborador a un coterráneo y demuestra una intención de apertura política inédita, pues Uslar Pietri era uno de los miembros más destacados de la élite intelectual progresista de su generación. Por otra parte, fue uno de los artífices de la formación del Partido Democrático Venezolano (1943), plataforma del proyecto político medinista y del que fue su Secretario General. Por su preponderante papel durante ese gobierno, ha sido considerado como su máxima figura civil y su ideólogo. Tras el golpe militar, apoyado por el partido Acción Democrática, que derroca a Medina Angarita el 18 de octubre de 1945 permanece detenido hasta el 29 de noviembre, su casa es saqueada y su nombre aparece en la primera lista de 127 “presuntos reos por peculado” elaborada por la Junta Revolucionaria de Gobierno. A pesar de la acusación y contra su voluntad, la Junta decide exiliarlo del país y el 29 de noviembre parte a Estados Unidos.
El exilio abre una etapa de retorno a la literatura y al periodismo. En éste último queda registrada su crítica a las políticas de la Junta y sus reflexiones sobre la historia del país y la incidencia distorsionadora del petróleo en la vida nacional. En 15 de marzo de 1946 el Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa, ordena la confiscación de sus bienes, motivo de una conocida carta que dirige al presidente de la Junta, Rómulo Betancourt. Tras pequeños trabajos como redactor de textos para el Servicio de Información Panamericano, en setiembre de 1946 ingresa a la Universidad de Columbia para dictar la cátedra de Literatura Hispanoamericana como profesor visitante y a partir de setiembre de 1947, como profesor asistente hasta julio de 1950. En 1947, publica El Camino a El Dorado, su segunda novela, yUn balance de la Revolución de Octubre (septiembre) serie de cinco artículos críticos a la gestión de la Junta Revolucionaria. En el escrito sobre la gestión económica, desarrolla, por primera vez, la idea de la incidencia del petróleo en la vida política nacional. Su reflexión sobre el papel del petróleo en la economía, en la hipertrofia del Estado, en la mentalidad y en la vida política venezolana la desarrolla en diversos escritos luego recogidos en De una a otra Venezuela (1951) y la sintetiza en su discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Venezuela, El Petróleo en Venezuela(1955). En 1948, en su ensayo El cuento venezolano, publicado en la obra Letras y Hombres de Venezuela, utiliza el término “realismo mágico” para caracterizar el cuento de vanguardia, siendo la primera vez que un hispanoamericano lo aplica a la literatura. En junio de 1949, inicia la publicación de su columna Pizarrónen el diario El Nacional, la cual mantiene, con lapsos de interrupción, durante 50 años. En julio de 1950 pone fin al exilio y, a pesar de las ofertas de la Junta de Gobierno para desempeñar el cargo de embajador en Washington, a su retorno se mantiene alejado de la política y de inmediato asume –hasta enero de 1953- la dirección del Papel Literario del diario El Nacional; se incorpora a la junta directiva de ARS Publicidad y reinicia (octubre) sus actividades docentes en la Universidad Central de Venezuela como profesor de literatura venezolana en la Escuela de Filosofía y Letras, cátedra que ejerce hasta julio de 1953 cuando renuncia a raíz de la obligatoriedad impuesta por el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez de participar en los desfiles de la Semana de la Patria. En ARS trabaja junto a un grupo de escritores y periodistas -Carpentier, Guillermo Meneses, entre otros- y bajo su inspiración y dirección crea una programación cultural para la radio y la televisión. En este último medio, inaugura en noviembre de 1953 su programa cultural Valores Humanos que mantiene, con ciertos lapsos de interrupción, hasta 1985. En 1953, circula la primera edición de sus Obras Selectas; al año siguiente le es otorgado el Premio Nacional de Literatura (correspondiente al bienio 1952-1953) por su obra Las Nubes y en marzo de de 1958 se incorpora, haciendo efectiva su elección de 1951, como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Lengua con un polémico discurso titulado Venezuela y su Literatura.
Con el derrocamiento del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, Uslar Pietri vuelve a una participación activa en la política nacional a la vez que mantiene su actividad creadora. Ese año, circula Teatro su primera publicación de ese género que recopila obras inéditas. En las elecciones de diciembre de 1958, es electo senador por el Distrito Federal, como independiente, en la listas de Unión Republicana Democrática. En el 11 de agosto de 1960, se incorpora como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia con un discurso titulado El rescate del pasado. Como senador ejerce tanto una labor de crítica político-intelectual a las políticas del gobierno como una labor de mediación entre las distintas fracciones políticas, en un momento crítico debido a la influencia de la Revolución Cubana en la política nacional y a las divisiones ideológicas habidas en la fracción parlamentaria del partido de gobierno. Como intelectual y político, genera polémica por su serie de escritos sobre la revolución y sus consecuencias (1959) y sobre la universidad, por ejemplo La universidad y el País (1961) así como por su posición crítica ante la política petrolera de “no más concesiones” promovida por el gobierno. Sobre esa política tiene un debate televisivo con el ministro de minas e hidrocarburos, Juan Pablo Pérez Alfonzo (mayo, 1963). Ante la convulsionada situación política la candidatura de un independiente es vista como posible solución a la crisis. En ese contexto se ubica el lanzamiento de su candidatura presidencial en julio de 1963, apoyado por diversos grupos y, en las elecciones de diciembre obtiene el 16,1% de la votación nacional. En febrero de 1964 funda el Frente Nacional Democrático y cuya secretaría general ejerce hasta 1968, cuando renuncia. A través de ese partido, es reelecto Senador en las sucesivas elecciones hasta 1973 cuando se retira de la actividad político partidista y el partido se disuelve. En mayo de 1964, en un contexto político agitado, propone al presidente electo Raúl Leoni la formación de un gobierno de “Ancha Base”, del cual el FND forma parte hasta marzo de 1966 cuando se retira por divergencias en la conducción de las políticas del gobierno. En 1969, es nombrado director del diario El Nacional, función que ejerce hasta 1974. En 1971, le es otorgado el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Hispanoamericano de Prensa Miguel de Cervantes por su artículo Los expulsados de la Civilizaciónen defensa del aporte de España a la cultura universal y en respuesta al crítico de arte inglés, Kenneth Clark. En 1972, publica Manoa, su primer libro de poesía. En mayo de 1975 es nombrado embajador delegado permanente de Venezuela ante la Unesco, cargo que ejerce activamente hasta junio de 1979. Durante ese lapso, es electo Vicepresidente de la Reunión Mundial sobre Medios de Información (1976) y Vicepresidente del Consejo Directivo de la Unesco (1978); y promueve la creación del premio Simón Bolívar. Su segunda estancia prolongada en París es también tiempo de creación literaria : escribe y publica Oficio de Difuntos, publica varias recopilaciones de cuentos y ensayos y prepara la redacción deLa isla de Robinson, novela que publica en 1981 y por la cual recibe, por segunda vez, el Premio Nacional de Literatura en 1982.
Ante la crisis económico-social del país, declarada en 1983 y que posteriormente se transforma en una de crisis política, su posición político-intelectual de crítica a la conducción económica y el mal funcionamiento del sistema político, expresada durante años, hace que a partir de esa década sea percibido como una referencia moral del país. En 1984 es designado Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y Sociales y en 1985, preside La Comisión Presidencial para el Proyecto Educativo Nacional. En 1986 y 1996, es objeto de un homenaje nacional con motivo de su 80 y 90 aniversario, respectivamente. En octubre de 1990, le es otorgado el premio Príncipe de Asturias de las Letras y al año siguiente el premio internacional de novela Rómulo Gallegos, por su novela La visita en el Tiempo. El “metálico” de este premio fue donado a la Escuela de Artes y Oficios de “Fe y Alegría” en la popular parroquia caraqueña de San Agustín. En agosto de1991, conjuntamente con otras personalidades, forma un grupo de opinión, conocido como Los Notables, que tendrá durante dos años una importante actividad de opinión para exigir reformas políticas y económicas inmediatas al gobierno. El 4 de enero de 1998, publica su último artículo de su sección semanal Pizarrón, donde anuncia su retiro como escritor. Considerado uno de los máximos exponentes del pensamiento y de la literatura de la Venezuela contemporánea, a lo largo de su prolongada existencia recibió como merecido reconocimiento, numerosos premios, condecoraciones, doctorados Honoris Causa nacionales e internacionales, y fue designado miembro correspondiente de diversas academias hispanoamericanas y europeas. A.A.V.

Bibliografía

Fundación Empresas Polar. (2000). Diccionario de Historia de Venezuela. Fondo Editorial.
Medina, J. R., & Becco, H. J. (1998). Arturo Uslar Pietri Nuevo Mundo Mundo Nuevo. Caracas: Biblioteca Ayacucho.
Polanco Alcántara, T. (2002). Arturo Uslar Pietri Biografía Literaria. Caracas: Ediciones GE.