jueves, junio 05, 2014

LA HISTORIA DE OCCIDENTE






Tras las conquistas europeas en todo el Nuevo Mundo, empezaba un nuevo capítulo en la historia de Occidente. Muchas son las herencias europeas en nuestro país, pero una de las más importantes es el legado sociopolítico; pasamos de ser un territorio gobernado por una serie de cacicazgos tribales, a un Estado-Nación, que poco a poco se fue desarrollando – y tambiéndeformando. Irónicamente, aquellas naciones que en los albores del Renacimiento vieron nacer la Modernidad, con el concepto deEstado, hoy se ven acechadas por un proyecto federalista continental, que pretende unificar la hermosa diversidad de las naciones europeas bajo un mismo órgano central. 

La Unión Europea, que empezó siendo una especie de tratado de cooperación económica en la Europa de la postguerra, es hoy un mecanismo coercitivo, que ha drenado la autonomía e independencia de los miembros que participan de esta Unión. La perversidad de este proyecto radica, en gran parte, en su cinismo. El comisionado de Europa -la autoridad más importante de la burocracia de la Unión-, José Manuel Barroso, no ha tenido vergüenza o recato al afirmar que la Unión Europea tiene que caminar hasta convertirse en “unos Estados Unidos de Europa”. El recién electo premier italiano, Matteo Renzi, afirmó/confirmó, con palabras similares, este perverso proyecto internacionalista que, poco a poco, a ido carcomiendo la soberanía de las naciones europeas y que parece no tener límites ni gobernante que se le oponga.

Sin embargo, el domingo antepasado cantó otro gallo. Con los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo -los comicios más grandes del mundo occidental y los segundos en todo el planeta-, el proyecto internacionalista en el viejo continente ha recibido un enorme grito de descontentos. Los partidos euroescépticos -que se oponen a la unión política- recibieron un colosal apoyo, ganando las elecciones en Reino Unido, Francia y Bélgica, y consiguiendo bastantes parlamentarios en Dinamarca, Grecia, Holanda, entre otros. Los parlamentarios euroescépticos duplicaron sus asientos: de 56 parlamentarios a 115; lo que representa un incremento nunca antes visto. Los resultados de estos comicios, usualmente poco concurridos, han llamado fuertemente la atención de los gobiernos y partidos que vienen construyendo este proyecto internacionalista, sin -aparentemente- mayor oposición.

Las dos sacudidas más llamativas e importantes son las de Gran Bretaña y Francia, por ser dos de los miembros más importantes para la Unión Europea, con poblaciones que rechazan la injerencia de dicho organismo. El UKIP, partido liderado por el nacionalista y libertario Nigel Farage, ha despertado a todas las clases sociales en el Reino Unido para conseguir lo que él denominó un “terremoto político”. Con su discurso anti-establishment, de respeto a la soberanía británica y a favor de las libertades económicas, rompió con el tradicional bipartidismo británico que, tras 110 años, no había permitido que ningún partido no-tradicional -es decir, conservadores o laboristas- ganara una elección nacional. El éxito de Farage no está solamente en ganar el voto de las zonas tradicionalmente conservadoras del sur de Inglaterra, sino más bien en quitarle los votos a la izquierda tradicional al norte de Inglaterra, y hasta en Escocia – donde los conservadores no han conseguido un parlamentario desde hace 28 años.

Los europeos, tras cientos de desaciertos y errores de la Unión, parecen haberse dado cuenta de lo pernicioso que es ser gobernado por instituciones que están a cientos de kilómetros de casa. Desde Europa llegan, como es usual, importantes lecciones de soberanía, que en Venezuela tenemos que aprender.

Tras este panorama, vale la pena preguntarnos, ¿no estamos pasando en Latinoamérica por una situación similar? El proyecto internacionalista latinoamericano es más sigiloso y peligroso, pues no lo conocen a vox populi; pero existe, está organizado y es la gran amenaza de las naciones libres de América Latina: se llama Foro de São Paulo. Desde que esta perversa organización fue “oficializada”, en 1991, por el ahora ex-presidente “Lula” Da Silva y por Fidel Castro, 17 presidentes de la izquierda han llegado a nuestro continente. Los estragos que causa este proyecto los hemos sufrido especialmente en Venezuela; pero el daño hecho en Argentina, Honduras, Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, 

El Salvador y demás naciones, está a la vista de todos. En Venezuela, particularmente, hemos estado observando cómo la frontal y abierta injerencia cubana no solo succiona 100.000 barriles de petróleo al día, sino cómo controla nuestras instituciones públicas y hasta elige al presidente de la República. Vergonzoso, por decir lo menos, es este escenario; – pero más vergonzoso es notar cómo la Oposición Oficial -la MUD- se sigue absteniendo de atacar frontalmente tal violación a nuestra soberanía e independencia.

La crisis política que hoy han desatado los valientes jóvenes libertarios de la Venezuela Futura, ha revelado la más contundente prueba de cómo esta alianza supranacional de izquierdas, en Latinoamérica, juega en contra de los valores de Libertad, Soberanía y Justicia por los que luchamos en Venezuela. La izquierda latinoamericana ha perfeccionado un sistema internacional para blindarse y lavarse la cara. El ejemplo más reciente lo vivimos tras la censura que los países del Foro de São Paulo aplicaron a María Corina Machado, cuando está fue a denunciar en la OEA al régimen comunista.

Tras todo este escenario regional, que parece no tener salida, podemos decir que no todo está perdido. Cuando, en Venezuela, vemos a una generación que está dispuesta a dar hasta la vida por el orgullo de su Nación y su derecho a vivir en Libertad, podemos decir que todavía hay esperanzas. Es también importantísimo destacar la victoria, en la primera vuelta de las presidenciales colombianas, de Óscar Iván Zuluaga: un hombre de convicción republicana, que da esperanzas a un continente fuertemente abatido por los azotes del comunismo.

De esta manera, encontrándonos con los mismos problemas -y no a través del trueque o la conquista-, parece ser que, en parte, el viejo y el nuevo mundo se ven las caras otra vez. En etapas distintas… con personajes distintos… pero padeciendo un mal común que los acosa: ese internacionalismo que ha ido socavando las diferencias y la diversidad de nuestras culturas, con la meta de crear un proyecto supranacional, que se excusa en el argumento del bien común.

¡Reaccionemos, pues, como Europa lo hizo el domingo antepasado, pero a nuestra manera y bajo nuestro contexto! Causemos nosotrosel terremoto de la Libertad en Venezuela; porque nuestra joven Nación ha de ser -como lo era hace doscientos años- el epicentro y la cuna de la Libertad y la Soberanía de las naciones latinoamericanas. Este es el destino que hace 200 años sellamos, y que hoy estamos llamados a retomar.

Jean Miguel Uva

LA QUINTA COLUMNA







Durante la guerra civil española el general Emilio Mola, el comandante nacionalista y estratega militar de la insurrección contra la Repuública, acuñó la frase “quinta columna”. Este oficial derechista se refería a que bajo su mando cuatro columnas militares avanzaban hacia Madrid y una quinta integrada por partidarios del golpe de Estado trabajaba clandestinamente en la capital en pro de los alzados. Mola murió en un accidente aéreo en 1937 y desde entonces han sido los comunistas quienes han sabido aplicar esta táctica de infiltrar al enemigo para destruirlo desde adentro.

Los rojos han perfeccionado esta estratagema mediante la cual un sector minoritario los apoya colaborando con ellos de distintas maneras. En Venezuela los revolucionarios de ultraizquierda que constituyen menos del 10% de la población cooperan con los Castro como una quinta columna para entregar a Venezuela a los cubanos. Luego de la victoria de Chávez, Fidel cambió de estrategia para capturar a Venezuela.  Después de su derrota ante las FAN venezolanas en los años sesenta Fidel decidió no enfrentar directamente a los militares, sino debilitarlos desde adentro. Con esa idea en mente, el dictador cubano aplicó sobre el frente militar venezolano su esfuerzo principal.

Para minar la cohesión del estamento castrense venezolano Fidel utilizo varias técnicas que inciden directamente sobre el personal militar. Entre ellas podemos citar: purgas de oficiales institucionalistas, una política de ascensos priorizando a los que se han plegado a la revolución, asignación de cargos claves a oficiales identificados con el régimen, infiltración de cadetes y profesores a las academias militares, envío de oficiales y cadetes a Cuba, asignación de comisarios políticos cubanos dentro de las FAN, infiltración de los órganos de inteligencia de la FA con miembros del G2, adoctrinamiento marxista del personal militar heredado de la 4ª república y creación de nuevos organismos armados que sirvan de contrapeso a las Fuerzas armadas existentes. 

Simultáneamente se inició una política perversa de corromper a los oficiales quintuplicando el número de generales y por medio de dadivas extrapresupuestarias, regalos de automóviles y línea blanca y especialmente asignando a altos oficiales a cargos administrativos en la administración pública donde pueden robar a sus anchas sin ser perseguidos.

Aparte de las políticas directas sobre los oficiales, los Castro aplican acciones indirectas para debilitar a las FAN. Estas actividades incluyen la creación de nuevas organizaciones cuya función es servir de contrapeso y de adversarios de las FAN. Me refiero a estructuras armadas no previstas en la Constitución Nacional, como la milicia, la Policía Nacional, los colectivos paramilitares y la Guardia del Pueblo. 

Estos organismos ilegales han crecido a un punto tal que al menos en número de efectivos superan al personal militar en servicio activo. Se estima que la milicia supera los 100 mil hombres, con un objetivo de crecimiento hasta un millón. Los colectivos controlados por la Misión Francisco de Miranda incluyen 15 mil combatientes comunistas fuertemente armados y entrenados en Cuba. No se conoce el número exacto de agentes de la Policía Nacional Bolivariana, pero deben rondar los 30 mil hombres. Finalmente la Guardia del Pueblo está integrada por 6 mil hombres que reciben órdenes directas de Miraflores, sin pasar por la línea de mando castrense. 

El denominador común de estos grupos armados es depender directamente del presidente, sin pasar por la línea de mando del Ministerio de la Defensa. Estas organizaciones son ilegales y deben ser desmanteladas. Estos grupos se han establecido violando la Constitución y ante los ojos displicentes de los altos jefes militares. Esta jefatura gris, apática y traidora ha permitido que el régimen controlado por los hermanos Castro haga crecer este nuevo Frankenstein armado cuyo objetivo es acabar con las antiguas FAN y reemplazarlo. Esta tarea esta adelantada, pero aún están lejos de alcanzar su cometido.

El caso de la Guardia del Pueblo es patético. Esta organización fue creada por Chávez en el año 2011 quien al establecerla indico que aunque oficialmente estaría adscrita a la GNB, en la práctica dependería directamente de él. Entre sus funciones aparecen actividades no militares como órgano de articulación social. En esta área su misión es conducir jornadas de concientización socialista. En otras palabras esta organización supuestamente apolítica está encargada de ideologizar al pueblo con la doctrina del chavismo.  

Como primer jefe nombró a uno de los generales más autoritarios de la GNB: el general Miguel Vivas Landino, quien en el CORE 5 fue el Jefe de Estado Mayor del conocido general Antonio Benavides. Este último es ahora el Jefe de Operaciones de la GNB, el cuerpo encargado de la represión de las protestas a nivel nacional bajo el control del Ministro del Interior y Justicia. Su actual comandante es el general Sergio Rivero Marcano quien apareció implicado en la masacre del Barrio Kennedy. Bajo estos mandos la Guardia del Pueblo trabaja en equipo con los colectivos paramilitares para agredir a mansalva a los estudiantes que protestan. Ambos generales están en la lista de militares a ser sancionados por los EEUU por violaciones a los DDHH.

La Guardia del Pueblo es hermana siamesa de los colectivos. Su personal de tropa está integrado por miembros de los colectivos comunistas, quienes luego de prestar servicio militar en el Ejercito pasan a integrar el nuevo organismo represivo. A este cuerpo son asignados los oficiales de la GNB más violentos que demuestren ser talibanes chavistas. Aunque parecen militares la Guardia del Pueblo es una organización paramilitar. Ella constituye una pieza fundamental de la quinta columna comunista encargada de minar y corroer al estamento castrense para entregar al país en bandeja de plata a los chulos cubanos. Ese es el plan, pero no lo permitiremos. Defenderemos la patria. Todavía nos queda mucha lucha por delante. Correrá sangre, sudor y lágrimas, pero salvaremos a Venezuela de los buitres cubiches.