Hoy faltan exactamente 200 días para que se celebren las elecciones primarias, contempladas para el 12 de febrero de 2012. El pasado mes de junio, tuve el honor de publicar un artículo en la prestigiosa Revista SIC del Centro Gumilla en el que hice un análisis estructural de lo que son los principales desafíos para la Oposición Venezolana pensando en este estrátegico evento electoral.

Quiero compartir con ustedes, el texto íntegro publicado por SIC:

Las Primarias y los Desafíos de la Oposición Venezolana

Contribución especial para la Revista SIC Junio 2011

El panorama político luce por estas fechas un poco distinto a lo que normalmente estamos acostumbrados a ver. La posibilidad de que ocurra un cambio político en Venezuela pareciera verse incrementada como nunca antes se ha visto en los últimos años. Hoy, las fuerzas que conforman a la Oposición venezolana tienen frente a sí un escenario que dibuja grandes oportunidades para intentar derrotar electoralmente a Hugo Chávez. No obstante, para lograr ese objetivo estos mismos actores deben superar un conjunto de desafíos muy importantes que la exigirán al máximo para poder convertirse en gobierno.

La Oportunidad: El clima de Opinión

Aun cuando todavía faltan unos 18 meses para que se celebren las elecciones presidenciales (vale destacar que no se conoce con exactitud la fecha concreta de su realización), los sondeos de opinión más importantes que se han dado a conocer desde que se inició 2.011, revelan que el comportamiento de algunas variables políticas estructurales están mostrando a un Gobierno que enfrenta –y enfrentará– dificultades importantes, y que lo coloca en una situación de debilidad estratégica. Dichas encuestas concuerdan en el hecho de que para una mayoría de los venezolanos, el clima de la Nación está signado por el pesimismo, las perspectivas de mejora personal no son las más alentadoras y que los principales problemas del país en materia de seguridad y economía, en vez de mejorar, empeoran.

Para citar un solo ejemplo, la más reciente investigación de Consultores 21[1] demuestra que al menos un 60% de los venezolanos sienten que actualmente las cosas están peor en el país a como estaban hace un año y un porcentaje similar (55%) estima que el Gobierno es el culpable de los problemas que enfrenta Venezuela. Todo lo anterior tiene una traducción política muy concreta: Más de la mitad de los venezolanos –un 53% para ser preciso– evalúa negativamente el desempeño de la gestión de Hugo Chávez. La imagen personal del Presidente también se ha resentido y sus perspectivas de reelección enfrentan severos obstáculos: un 56% no quisiera ver a Hugo Chávez como candidato presidencial en 2.012 y el mismo número de venezolanos piensa que el Primer Mandatario no merece ser reelegido. En términos de popularidad, para marzo Chávez dejó de ser el líder con mayor agrado en el país, para ser superado por dos líderes de la oposición como lo son Henrique Capriles Radonsky y Leopoldo López.

Electoralmente, las malas noticias continúan para los sectores oficiales: ante una hipótesis electoral que enfrentaría la candidatura de Hugo Chávez por la reelección contra una candidatura de la Oposición venezolana, la segunda opción se impondría por una ventaja de 15 puntos porcentuales (39% a 54%) entre electores probables, esto es, aquellos que declaran que definitivamente concurrirán a las urnas de votación el año entrante.

Aunque las encuestas podrían en lo sucesivo mostrar algunos cambios, también es cierto que desde hace ya un tiempo estos estudios vienen mostrando consistentemente una perspectiva distinta para los opositores, particularmente fundada en un hecho político: la convocatoria a unas elecciones primarias para el año entrante que está resultando atractiva para buena parte del electorado. Dicha consulta podría generar un proceso de movilización política sin precedentes para escoger a un candidato de manera directa por un número significativo de venezolanos.

Hasta allí, el juego muestra unas señales favorables muy claras para uno de los adversarios en contienda, pero para poder capitalizar esta oportunidad estratégica, la Oposición tendrá que aprobar un conjunto de asignaturas pendientes. La más importante de ellas puede ser resumida en la interrogante: ¿Cómo mantener la cohesión en un proceso que entraña competencia y que podría generar muchas heridas internas?

¿Cuál es ese mapa de desafíos? Veámoslos uno a uno

#1 El desafío del calendario electoral

Producto de los vacíos y discrecionalidad existentes en la ley electoral, la Oposición aún no sabe cuáles son las fechas de las elecciones locales, regionales y presidenciales que deberían converger en 2.012. Aún no conoce si los ciclos electorales serán separados o concurrentes –con las implicaciones políticas que unos y otros representan–. Tampoco conoce cuál de las elecciones será primero y cuál después. Lo anterior representa un reto en términos estratégicos para poder enfrentar de la mejor manera el tipo de elección y la dinámica que cada una de ellos obliga a asumir en los meses sucesivos.

#2 El desafío de los bloques

La Oposición está integrada por conjunto de partidos cuyas intereses particulares y afinidades ideológicas y programáticas están produciendo una dinámica de agrupamiento en “polos” que determinarán un mapa muy complejo de alianzas que tiende más a fragmentar, que a mantener el espíritu de cuerpo necesario. Aunque es entendible que el accionar en grupo sea mucho más efectivo desde el punto de vista electoral, dichos realineamientos podrían generar unas fracturas que en el futuro podrían ser más difíciles de recuperar. ¿Esta elección primaria presenciará la unión de varios bloques, tan sólo para “anular” a una candidatura? Aunque ese es el juego político, ese sería el camino perfecto para despilfarrar un capital político que tanto le ha costado desarrollar a los opositores en los últimos tiempos.

#3 El desafío de las inhabilitaciones políticas

La descalificación de aspirantes con el mejor nivel de competitividad a diferentes niveles, sigue siendo un problema importante. En la medida que contendores atractivos para el electorado sean descalificados arbitraria e inconstitucionalmente, será el Gobierno el que esté decidiendo cuál es el “menú de opciones” dentro del cual se debe escoger, limitando así la capacidad de escogencia de los electores. En la medida que no haya un “frente común” que luche decidida y frontalmente para frenar esta práctica gubernamental el riesgo permanecerá. La gran duda persiste: ¿Qué plan político desarrollará la Oposición si eventualmente el gobierno decide inhabilitar al candidato con mayor chance de derrotarlo?

#4 El desafío de una campaña con un tono diferente

Aunque dentro de la Oposición se presenten distintas opciones de diferente corte y estilo, caer en la tentación de hacer una campaña en la que las acusaciones y descalificaciones entre candidatos estén a la orden del día, sería mostrar que son “más de lo mismo” y que sólo están interesados en el Poder, alejando así a los votantes que están buscando una opción distinta. Por el contrario, aprovechar la oportunidad de desarrollar un diálogo entre los diferentes aspirantes y la realización de una serie de debates sobre propuestas para Venezuela, le permitirían demostrar que dentro de su seno hay liderazgos que son capaces de deliberar y sostener una campaña de altura.

#5 El desafío de hablarle al segmento correcto

Si la Oposición diseña y ejecuta una campaña que sólo está concentrada en seguir convenciendo a las electores que están ya plenamente convencidos, sin expandir su electorado, estará condenada a fracasar. Máxime en este clima de polarización. La mejor manera de construir una campaña ganadora es dirigir su mensaje a los “persuadibles” que están esperando las ideas y propuestas para cambiar el estado actual de las cosas. La mayor de las veces en una campaña quienes terminarán decidiendo la elección, son paradójicamente, los “indecisos”. ¿Serán los opositores capaces de ir más allá e identificar esos electores para enviarles el mensaje correcto? La tentación de seguir reforzando a los propios siempre es demasiada alta.

#6 El desafío de la complementariedad

Las fuerzas políticas opositoras deben terminar de entender que son complementarias geográficamente y que se necesitan la una a la otra para construir una victoria electoral en todo el territorio nacional frente al PSUV. Sin la conjunción de los votos de COPEI en Táchira, los de Proyecto Venezuela en Carabobo y los de Un Nuevo Tiempo en el Estado Zulia a la vez, junto al resto de los otros partidos; no habrá posibilidad de que estos sectores puedan materializar el cambio político que tanto aspiran. Por otra parte, los principales liderazgos también deben saber que tienen una gran responsabilidad en este aspecto: entender que luego de las primarias, el eventual candidato que obtenga mayoría de votos necesitará del apoyo del resto de los aspirantes para desarrollar una campaña exitosa y plural.

#7 El desafío de desarrollar una campaña de proximidad en todo el país

Considerando las condiciones de asimetría comunicacional y financiera de la Oposición en comparación con el Gobierno, el reto de producir una campaña que vaya más allá de los medios masivos tradicionales y digitales, obliga a desarrollar el contacto cara a cara en cada calle y sector de Venezuela. Los opositores deberán ser capaces de transmitir un mensaje alternativo a sitios donde hoy sólo un mensaje posicionado. Lo anterior también significa que los esfuerzos electorales no pueden quedarse solamente concentrados en las grandes urbes de la zona norte del país, sino que debe haber un despliegue efectivo en todas las zonas del país.

#7 El desafío de una campaña con un mensaje unificador, propio y genuino

La Oposición necesita demostrar que tiene un mensaje, pero un mensaje con sustancia. Una propuesta de país que plantee un futuro común para todos los venezolanos. Un mensaje que debe ser amplificado en una campaña que no niegue al otro que piensa distinto, sino que lo incluya.

Asimismo, la Oposición no debe caer en la otra tentación en la que sí ha caído en otras oportunidades en el pasado reciente: desarrollar una campaña que sólo responde a lo que dicta la pauta del adversario y que por ende, refuerza los marcos mentales del otro, haciéndolo más fuerte.

Finalmente y como corolario, la Oposición, para aprovechar la ventana de oportunidad que hoy tiene ante sí, necesita demostrar que está consciente del reto que significa construir una estrategia política que convierta esta fase de primarias en una precampaña que energice a su electorado y no en un periodo de guerra intestina donde salga más debilitada que fortalecida.


[1] Ficha Técnica: Encuesta realizada a 2.000 venezolanos mayores de 18 años en las zonas urbanas y rurales de todo el país (96 centros poblados, 43 zonas metropolitanas y 13 ciudades principales). La encuesta tiene un error muestral máximo de +/- 2,24%. El levantamiento del trabajo de campo fue realizado entre el 11 y el 25 de marzo. Para consultar los principales hallazgos de esta encuesta, el lector puede consultar la pagina del autor http://edgutierrez.com/?page_id=346